Se tiende a pensar en dichos componentes como accesorios, cuando en realidad son elementos importantes. Quizá esto ocurre debido a la localización de estos componentes: externa al equipo. A mayor distancia de la CPU, los componentes del PC tienden a comportarse como transductores, elementos de interfaz entre el hombre y la máquina. Por esta naturaleza de interfaz, componentes como los monitores son fáciles de manejar y entender por el ser humano. También resultan familiares a todo usuario, puesto que muchos de ellos son empleados en otros contextos alejados del PC (por ejemplo, los altavoces también se emplean en equipos de audio).
Centrando la atención en los monitores, recuerdan a los omnipresentes receptores de televisión, que forman parte de nuestra vida cotidiana, lo que proporciona la sensación de que no aportan demasiadas novedades. También con frecuencia, las capacidades gráficas del equipo se atribuyen a las tarjetas de vídeo, olvidando un matiz: si se emplea un monitor de calidad inapropiada, no se aprovecharán realmente las virtudes de la tarjeta. Lo mismo pasaría si se conectasen unos altavoces de baja calidad a un excelente equipo de audio.
En resumen, no hay que olvidar que es el monitor quien forma finalmente las imágenes que vemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario